19 marzo 2008

Mi viaje a Ecuador - El vuelo





Esto que transcribo a continuación es lo único que escribí cuando estuve en Ecuador, después mis planes de hacer un diario pormenorizado del viaje quedaron sólo en esto y ya no escribí más, me dediqué a mirar, a vivir los días que duró aquello y dejé lo demás para la vuelta...





9 de Febrero de 2008


De Madrid a Miami, de Miami a Quito.

Llegamos en un taxi a la terminal 4 de Barajas, y nos pusimos a la cola. Antes de llegar a facturación, había unos azafatos que nos empezaron a hacer preguntas. Que cuándo habíamos comprado las maletas, que cuándo las habíamos hecho y dónde, que si alguien nos había dado algo para llevar a Ecuador... Una cosa así nunca me había ocurrido, supongo que para viajar a Estados Unidos se han puesto las cosas feas, al fin y al cabo son el ombligo del mundo, faltaría más, tienen que ser especiales... Total, que facturamos y nos dirigimos a la puerta de embarque, que estaba ni más ni menos ¡que a 20 minutos!. No sabía yo que el aeropuerto era tan grande! Bajamos y bajamos escaleras, llegamos a un tren que iba sin conductor y nos trasladamos en él a la puerta donde teníamos que embarcar. Bueno, si íbamos tan lejos, sería cosa de largos trayectos desde el principio, pensé, a más lejos, más pasillos que recorrer, como si para empezar quisieran dejarte lo más cerca posible de tu destino (ja!). Compré un sandwich y agua para el avión, por si no nos daban pronto de comer. El avión es grande, pero no tanto como yo había pensado. Dos asientos a un lado, tres en medio, dos al otro lado. Hay que tener en cuenta que era mi primer viaje transoceánico y que no tenía yo experiencia en estos temas...
Y despegamos, no sin antes echar una rápida mirada a toda la cabina pensando que ese sería el único lugar que verían mis ojos en 10 horas, y que en esas 10 horas no vería llegar la noche. Un día larguísimo me esperaba!
Íbamos en dos asientos junto a la ventanilla. En las pantallas iban poniendo la ruta por donde íbamos pasando. Las azafatas y azafatos eran americanos, y en inglés nos ofrecían de vez en cuando alguna bebida, un té con leche, café, coca-colas...
Después nos ofrecieron el almuerzo. Carne con patatas, y verduras, y ensalada...
En un viaje tan largo hay que levantarse de vez en cuando para estirar las piernas. Más de nueve horas que se van haciendo largas y pesadas, de vez en cuando algunas turbulencias, cosa de poco. El mar siempre bajo nosotros, interminable, enorme. Leer un rato, intentar dormir sin conseguirlo, caminar por el avión... Al llegar a Miami yo estaba ya hecha unos zorros, y aún nos quedaba pasar allí la aduana, buscar la nueva puerta de embarque para el próximo viaje. Otra vez a hacer cola. Después de un vuelo tan largo te falta el aire, estoy agotada. Dejamos las maletas en la aduana y nos disponemos a pasar el control de la policía. En inglés! Me mareo mientras esperamos. En Miami llueve y aún es de día cuando llegamos, las 3 de la tarde después de haber salido de Madrid a las 11 y después de casi 10 horas de vuelo.
Sólo quiero volver a sentarme en el próximo avión y que el viaje acabe pronto. El policía nos hace preguntas en inglés que entendemos a duras penas. Qué hacemos allí, a dónde vamos, cuál es nuestra profesión... como no sé cómo expresarme en inglés, me acuerdo del pinganillo y hago ademán de llevarme la mano a la oreja y hablar al tiempo que digo "ring, ring...", con el consiguiente desconcierto del fornido polizonte, por supuesto. Hasta que mi compañero Asir, en un alarde impresionante de esfuerzo, dice "secretary" por abreviar. Después nos hacen poner los dedos en un aparatillo para tomar nuestras huellas digitales y nos hace una foto. Siempre hablando en inglés, y nosotros chapurreando a duras penas. Hasta que de pronto empieza a hablar en castellano, el muy cabrón, después de habernos hecho sufrir como tontos intentando entendernos con él... "Tenéis que practicar el idioma", nos dice, que para eso estáis aquí...
En fin, al final nos da un papelito que tenemos que entregar a la vuelta, y nos vamos.
En Miami hay un montón de gente que habla castellano. En el aeropuerto, de hecho, es el idioma que más se oye hablar. En las cafeterías, en las tiendas de chuches y de periódicos, en la peluquería, en fin, por todos lados. Compramos agua y chicles y preguntamos dónde se puede fumar y ya no puedo más, así que acabo tomando un lexatín para ver si me calmo un poco y aguanto hasta el final... Por fin subimos al siguiente avión, nos espera otro vuelo de casi 4 horas. hasta llegar a Quito. Sólo quiero dormir. Nos toca sentarnos junto a la salida de emergencia. Una azafata nos pregunta si estamos dispuestos a ayudar en caso de emergencia. Nos dice que si no estamos seguros, nos tiene que cambiar de sitio. Uy, por supuesto que estamos dispuestos a ayudar, cuando haga falta! Con tal de no moverme más, no me importa nada de lo que me dicen. Sólo quiero cerrar los ojos, dormir...

9 comentarios:

  1. Eso te pasa por hacer escalas en Yankilandia. Claro, no lees mis sesudos comentarios y pasa lo que pasa.
    Venga mas fotos y al cachondeo, que sufrir sufrimos todos je je je je .
    Feliz semanita.
    http://mishuevos.blogia.com/

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  2. Cómo que no leo tus segundos comentarios?
    Los leo siempre! Lo que pasa es que a veces voy con tanta prisa que ni tengo tiempo de contestarlos...
    Y sí que se ven mis fotos en Flirck, tú qué ordenata tienes, hijo?
    Y ya subiré más fotos aquí pa que todos las veáis. Es lo que tú dices, que están reposando un poco...
    Un beso!

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  3. Ufff mariajo,vaya paliza de viaje...Me ha recordado mi viaje a EEUU con un montón de escalas y con un interrogatorio en inglés en plan peli...

    Bueno, sigo leyendo, que ando muy atrasada en esto de los blogs

    Besitos

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  4. Mi primer viaje a Estados Unidos fue en 1992. Ya entonces hacían esas preguntas de maletas. De todas formas eran otros tiempos porque a su pregunta: "¿Le ha ayudado alguien a hacer la maleta?" yo dije: "Mi madre" y a otra: "¿lleva usted algo que pueda considerarse como arma?" yo dije: "Sí; una navaja suiza, la llevo en la maleta pero puedo hacer de McGyver con ella si se estropea el avión" Risas de la azafata... Eran otros tiempos, sí. Anda pon más fotos, aunque Asir lo está contando muy bonito :P

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  5. Madredelamorhermoso, q paliza de vuelo!. Si ya te lo dije yo, q si te agobiabas le dieras a las drogas duras. Viva el lexatín, el orfidal y la madre q los parió! ;)

    Bueno, es un coñazo q el vuelo sea tan largo, pero mereció la pena, eh nenita!, q lo sé yo q te he visto con la cara llena de barro (y me imagino los achuchones q le meterías a tu "niño") ;))

    Un besazo

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  6. hija son las coñas de los viajes largos ... 25 horas estuve yo subiendo y bajando de aviones en el último viaje a China y no conseguí pegar ojo ...


    me gusta leerte tanto ...

    muchos besos

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  7. Segundos comentarios no.
    SESUDOS, JE JE JE
    nO importa. Lo que vengo a decirte es que ya veo tus fotos en Flir ese.De casualidad claro. Aunque la envidia por tus viajes es la misma.
    http://mishuevos.blogia.com/

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  8. Anónimo11:23 p. m.

    ay jajajaja siento el agobio como el tuyo, debe ser porque lo has contado de maravilla.
    No digo que sea una lástima que dejaras de escribir porque seguro que lo has disfrutado más.
    ¡Qué bien estáis los dos mano a mano! venga y cuenta alguna cosilla más :)
    Muchos besos

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  9. Con el miedo que tenía yo de la aduana en Nueva York!! y al final ná de ná, de dónde venís, en qué trabajáis, pues ale bienvenidos!
    Eso sí, como tú en Miami, el español parecía el idioma oficial.

    Por cierto lo de los diarios de viaje... yo siempre los hago, día a día, pero en Nueva York me pasó como a ti!! escribí el primer día, pero fue llegar y... no había tiempo!! así que todo lo que me he traído ha sido en la cabeza jeje.

    Besos.

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