25 mayo 2008
24 mayo 2008
Una cortina blanca con flores de colores
Hace más de dos años. Aún no he empezado y ya hace más de dos años. Miles de letras pueblan en vano este cuaderno. Y aún no he empezado. Tal vez no lo haga nunca. Primero tendría que buscarme, cosa que no consigo iniciar siquiera. Buscarme. Pero ha pasado demasiado tiempo, y el tiempo se enreda, y en su maraña me empeño en perderme y se aleja todo.
Acaba de salirme una pupa en el labio. Tal vez tenga fiebre, y el sol no se esconde, en una tarde que debería haber estado habitada por la lluvia. La lluvia esquiva.
Me empeño en captar imágenes, que nunca reflejan lo que realmente veo, que nunca me enseñan el verdadero camino y creo que quiero huir y no sé a dónde. Hacia atrás en el tiempo? Hacia delante, más tiempo y más, y no me detengo porque aún no he llegado.
Viajo. En Ecuador los perros vagabundean libres por las calles, son perros de nadie. Los autobuses rivalizan por conseguir viajeros, grita un operario apostado en la puerta delantera sus destinos, prometiendo un servicio más esmerado y rápido que los demás. Y el tabaco se compra en las tiendas de comestibles, como si el humo se comiera, en lugar de ensuciar nuestros pulmones.
Todo es verde y excesivo. Y hermoso. Y pobre.
Esta casa está silenciosa y solitaria hoy.
Todos se fueron.
Incluso yo.
Las voces quedan flotando, para siempre por todos los rincones, sobrevuelan mi cabeza, me envuelven, no están, se fueron. Se fueron.
Pronto llegará Junio.
Hago las cosas mal, a veces, y luego ya no tienen remedio. Y hay que apechugar con ello.
Pero qué se le va a hacer.
Es sábado.
Tengo una cortina blanca con flores de colores. La he fotografiado y le he cambiado el color.
Eso es lo que quiero hacer conmigo misma esta tarde.
Cambiar de color.
Que me está haciendo falta.
Voy a estudiar.
Y a ver si me cambio de lado un tornillo torcido, que tengo por ahí.
Si sigo fumando me ahogaré.
23 mayo 2008
20 mayo 2008
Qué primavera!
Cerca de mi pueblo, por donde el santuario, así de preciosa estaba la tarde.
Y yo no podía dejar de fotografiarla...
Y yo no podía dejar de fotografiarla...
El campo está precioso. Te pones allí en medio de la llanura y mires a dónde mires, y lo mires como lo mires, es un regalo. Es increíble cómo está mi tierra esta primavera. Miles de tonos de verde, de amarillo, rojo y azul de cielo y nubes de colores imposibles, el aire llenando los pulmones.
Enaire ha volado una cometa. Enaire volando una cometa descubrió la fuerza del viento, aprendió a jugar con él, a sentirlo en sus manos. Enaire se transforma tirando de los hilos en medio de un campo repleto de flores de colores. La tierra donde habito es roja como ninguna otra. A veces ocurre un milagro y parece que nunca ha faltado el agua. Y este año la naturaleza se muestra generosa. (Mira por dónde, en otros lugares es implacable, y no me extraña: se defiende...)
Estoy aprendiendo a conducir. Estudio y los fines de semana me atrevo a coger el coche, un poquito. Nunca es tarde!
El mes que viene haré dos viajes. Es que les echo de menos! Cada uno en su isla, y yo viajaré a las dos. No sé cómo podré pagar todo eso, pero así estoy de loca, primero compro los billetes y luego me doy cuenta de que me he metido en un lío.
Últimamente, entre unas cosas y otras, apenas leo. Nada más que el código de circulación.
Ya veremos en qué acaba todo esto.
Sea lo que sea, lo disfrutaré lo más que pueda.
Carpe Diem!!
Ahí en la foto, en la parte de abajo, hacia la izquierda, esa cosa pequeña que se ve soy yo, sujetando la cometa que está allá arriba arriba...
13 mayo 2008
Tic-tac Tic-tac Tic-tac
El tiempo teje las horas despacio. Para cuando amanezca empieza la cuenta atrás. Tic-tac Tic-tac.
Y los caminos se bifurcan. El tiempo decidirá cuál será mi camino. Si por un lado, si por el otro.
Tic-tac Tic-tac.
Sea cual sea el camino, lo seguiré hasta donde me lleve.
Son esos días en que todo puede cambiar. O no.
Voy a la escuela otra vez. Escucho muy atenta todo lo que me cuentan. Y aprenderé. El profe es muy gracioso, las clases, amenas. Y no sé en qué parará todo esto.
Hablo y hablo con un montón de gente, mi voz es como si se prostituyera. Vendo mi voz para ganar dinero (poco). Mi voz con palabras prestadas, se me hace cuesta arriba, porque yo nunca hablaría de esa manera, son palabras forzadas. Artificiales, vacías, repetitivas. Palabras tontas.
Tic-tac, Tic-tac.
En la escuela me enseñan cómo poder moverme rápido sin necesidad de depender de nadie. Viajar sin esperar. Un poquito de libertad mía, un poder cambiar de lugar cuando la ciudad me oprima. Un poco como volar a ras del suelo. Una vía de escape.
Ufff. De esta manera, el día se acaba enseguida, y cuando llego a casa ya no hay tiempo de casi nada. En la estantería hay libros sin leer que esperan, voy con retraso, como nunca antes me había pasado.
Estoy intrigada, impaciente, ilusionada, un poco loca.
El verano se acerca.
Esta semana trabajo todos los días. El jueves también, aunque sea fiesta.
Me pongo a cambiar la plantilla del blog de las mujeres y el chat se va a hacer puñetas. Vaya lío!
Y se ha quedado rojo y negro.
Mientras, yo sigo de blanco. El zócalo azul se va a la mar, y ya no hacemos más cortos.
Tengo que estudiar inglés.
También.
Y estoy impaciente por ver al Irlandés y al Pirata!
Es hora de dormir.
Tic-tac Tic-tac...
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