24 mayo 2008
Una cortina blanca con flores de colores
Hace más de dos años. Aún no he empezado y ya hace más de dos años. Miles de letras pueblan en vano este cuaderno. Y aún no he empezado. Tal vez no lo haga nunca. Primero tendría que buscarme, cosa que no consigo iniciar siquiera. Buscarme. Pero ha pasado demasiado tiempo, y el tiempo se enreda, y en su maraña me empeño en perderme y se aleja todo.
Acaba de salirme una pupa en el labio. Tal vez tenga fiebre, y el sol no se esconde, en una tarde que debería haber estado habitada por la lluvia. La lluvia esquiva.
Me empeño en captar imágenes, que nunca reflejan lo que realmente veo, que nunca me enseñan el verdadero camino y creo que quiero huir y no sé a dónde. Hacia atrás en el tiempo? Hacia delante, más tiempo y más, y no me detengo porque aún no he llegado.
Viajo. En Ecuador los perros vagabundean libres por las calles, son perros de nadie. Los autobuses rivalizan por conseguir viajeros, grita un operario apostado en la puerta delantera sus destinos, prometiendo un servicio más esmerado y rápido que los demás. Y el tabaco se compra en las tiendas de comestibles, como si el humo se comiera, en lugar de ensuciar nuestros pulmones.
Todo es verde y excesivo. Y hermoso. Y pobre.
Esta casa está silenciosa y solitaria hoy.
Todos se fueron.
Incluso yo.
Las voces quedan flotando, para siempre por todos los rincones, sobrevuelan mi cabeza, me envuelven, no están, se fueron. Se fueron.
Pronto llegará Junio.
Hago las cosas mal, a veces, y luego ya no tienen remedio. Y hay que apechugar con ello.
Pero qué se le va a hacer.
Es sábado.
Tengo una cortina blanca con flores de colores. La he fotografiado y le he cambiado el color.
Eso es lo que quiero hacer conmigo misma esta tarde.
Cambiar de color.
Que me está haciendo falta.
Voy a estudiar.
Y a ver si me cambio de lado un tornillo torcido, que tengo por ahí.
Si sigo fumando me ahogaré.
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Anímate, anda... que dicen que sigue lloviendo estos días, pero vete a saber. Y el cielo estaba hace un ratito bien bonito, con unas nubes de color melocotón que daba gusto ver...
ResponderEliminar:-)
:-)
:-)
relee y verás que ha habido más de uno y de dos ¡y hasta más de tres! momentos realmente bellos. No te duermas con la almohada de color pesimista, se duerme a ratos y mal, es mejor la otra, esa que tiene más en cuenta lo que te hizo reír.
ResponderEliminarUn beso
Besos de domingo para los dos!
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