Para mi blog he invertido tiempo en mis recuerdos, en mis escritos de otros tiempos, he releido fragmentos de mi vida pasada, de cuando escribir era para mí una catarsis necesaria, de cuando la intensidad de mis vivencias era tal que no cabía dentro de mí. De cuando vivir era una aventura continua, un vertiginoso recorrido por los caminos del mundo, de otros ojos, de las noches locas, de mis alucinaciones. Ese viaje incansable que quería absorver sin dejar un mínimo recodo sin explorar. Hasta el momento en que ya no había espacio donde contener toda esa ansia de plenitud, y de repente todo explotó en mi interior y algo se rompió dentro de mí, y comenzó la época oscura, de donde era incapaz de escapar y empecé a sufrir ataques de pánico, esa enfermedad odiosa e insoportable llamada ansiedad. Me refugié cada vez más en una forzada paz intencionadamente indiferente, para que nada me hiciera daño. Atrapada como un pez que no puede caminar por tierra firme... Dejé de escribir para no tener que enfrentarme a mis deseos y mis miedos. Pero he pagado un precio por esa tranquilidad, el precio es una especie de apatía que tiene su parte de oasis de paz, pero también su parte de vacío y de tristeza. Falta de emociones, que son las que nos hace sentir realmente vivos.
Ahora me pregunto si el hecho de haber iniciado este blog no será una señal de que he empezado a curarme, si inconscientemente he asumido que estoy preparada para otra vez subir al tren de la vida, ese que tengo tan abandonado hace un tiempo. Y he visto que no quiero volver a lo anterior, que lo que escribí quedó atrás, y lo que ocurra a partir de ahora será nuevo, igual que yo, yo que soy una persona distinta que tengo que explorar y conocer poco a poco.
No creo que sea capaz de colgar este post en el blog. (Qué frase tan rara). No sé muy bien lo que estoy diciendo. Es un poco injusto con mi vida de ahora, más tranquila pero llena de alicientes.
Sólo que quiero despertar
de nuevo.
¡Ay estas horas, qué malas son...!
Debe ser el catarro.
Bueno, está bien, publicaré esto, pero igual lo quito luego. Un ratito. Para ver cómo queda.
Ah... pero queda bien. Queda muy bien. La sinceridad siempre queda bien...
ResponderEliminarUn abrazo.
:)
Gracias por tus palabras, fnaranjo, que siempre son muy reconfortantes.
ResponderEliminarSaludos!
No te lo vas a creer per leyendo tus palabras me he sentido totalmente, pero totalemnte identificada contigo...a mi me ha ocurrido exactamente lo mismo, deje de escribir por culpa de esa maldita ansiedad, que en si misma no era el motivo, pero el cambio en el que introdujo mi vida ya no me inspiraba la fuerza necesaria para sacar mis mmiedos y experiencias y plasmarlos en papel...
ResponderEliminarUna pena, porque, al abrirme el blog y reencontrarme con esa sensación de bienestar que me ofrece escribir, es en parte el reencuentro con una aprte de mi que estaba perdida...
Mi vida vuelve a ser más completa, ya no tengo miedo de reconocer que tuve un problema...y que estoy segura...ya no lo tengo!!!
Muchas gracias por escribir fragmentos asi, sinceros, y hacerme darme cuenta a mi...q no soy la única!!!!....jajaja....
Un beso grande..y todo mi apoyo!!!
Muchas gracias, deseo!. Me pasaré por tu blog despacito y te leeré.
ResponderEliminarLa ansiedad es una pesadilla, superarla es un triunfo.
Un beso!
Haces muy bien en escribir y colgar este y todos los post que te apetezcan. Es una forma de comunicación y de desahogo.A veces es como una catarsis. Al principio yo no leía otros blogs, y tampoco recibía visitas, pero no me importaba; me hacía sentirme bien el hecho de escribir.Pero,desde que he empezado a visitar otros blogs, me he dado cuenta de la cantidad de cosas que tengo en común con vosotros (los bloggeros) y de que esto de escribir nos une, nos hace complices de nuestras vidas anónimas.
ResponderEliminarTú ahora estás escribiendo seguramente de una forma diferente, porque este medio nos trasforma. Yo creo que es positivo para ti y no dudo de que es una buena terapia para todos. No dejes de escribir estos post tan sinceros. Se agradecen.
Un beso
Pilar: tienes razón, es una buena terapia, encuentras gente que tiene cosas en común contigo, ese deseo de expresarse, de plasmar vivencias y compartirlas. Cuesta un poco al principio, por eso tal vez escribes un poco distinto. Pero es gratificante.
ResponderEliminarGracias también a tí, "a pesar de mí", es curioso encontrarse aquí con alguien que sepa de qué hablas, así de pronto, en tu casa, sin más.
Un abrazo.
Si te sirve, yo me estoy permitiendo bajar a mi miedo y entrar en conflicto. Es la forma de resolver, vaciar para dejar entrar a lo nuevo.
ResponderEliminarUn petonet
Me sirve, Ferfo, muchas gracias, viajero.
ResponderEliminarUn besote.