Mi tía abuela murió aplastada por una apisonadora. Ocurrió en Madrid. Salió de casa tranquilamente a comprar el pan y no prestó demasiada atención al cruzar la calle. Salió en las noticias. Literalmente: una apisonadora pasaba por allí y la aplastó. Su cabeza quedó igual que la cara de Franco en los sellos de correos. Igualita de plana. Es una manera un poco estúpida de morir. Toda una vida de alegrías y preocupaciones y desengaños y diversiones y todo lo habido y por haber y de repente una cosa tan tonta acaba contigo para siempre. Tan tonta y tan grande. Enorme. Imagínate. Un trasto gigante de hierro o de lo que sea te sorprende de repente y te pasa por encima. Tanto penar para eso. Después la incineraron. Primero un cacharro te pasa por encima y después te queman. Zás. Zás.
La verdad es que tuvo una buena vida. Viajó por todo el mundo. Voló por todo el mundo. Una vez me trajo un escarabajo verde de Egipto. (En Egipto los escarabajos verdes son muy significativos). Nos citó a mis hermanas y a mi en un restaurante de mucho lujo para darnos los regalos. Era un escarabajo verde preciosísimo que no valía para nada. No recuerdo qué fue de él. Quién sabe. A lo mejor acabó aplastado por una apisonadora para seguir los pasos de su compradora. A lo mejor era un escarabajo verde sagrado y lanzó una maldición a la persona que se había atrevido a arrancarlo de su país de origen... Una maldición egipcia!! ¿Os lo podéis imaginar? Espero que esa maldición no nos llegue a nadie más de la familia, quiera Dios que no.
Una maldición egipcia es mala cosa. Muy mala cosa, os lo digo yo.
Le he preguntado a mi madre qué hicieron con las cenizas de mi tía abuela. Me ha dicho que las llevaron al pueblo, para que reposaran en el cementerio junto a los restos de su difunto marido.
¡Ay si alguno de ellos levantara la cabeza!. Bueno en primer lugar nos daría un susto de muerte, claro. Pero además se quedarían asombradísimos de lo que ha cambiado el pueblo. Ni sombra de lo que era, qué lástima.
Pero eso es otra historia que contaré en otra ocasión, que esta ya se está alargando mucho...
Me estoy pillando un trancazo que pa qué.
La verdad es que tuvo una buena vida. Viajó por todo el mundo. Voló por todo el mundo. Una vez me trajo un escarabajo verde de Egipto. (En Egipto los escarabajos verdes son muy significativos). Nos citó a mis hermanas y a mi en un restaurante de mucho lujo para darnos los regalos. Era un escarabajo verde preciosísimo que no valía para nada. No recuerdo qué fue de él. Quién sabe. A lo mejor acabó aplastado por una apisonadora para seguir los pasos de su compradora. A lo mejor era un escarabajo verde sagrado y lanzó una maldición a la persona que se había atrevido a arrancarlo de su país de origen... Una maldición egipcia!! ¿Os lo podéis imaginar? Espero que esa maldición no nos llegue a nadie más de la familia, quiera Dios que no.
Una maldición egipcia es mala cosa. Muy mala cosa, os lo digo yo.
Le he preguntado a mi madre qué hicieron con las cenizas de mi tía abuela. Me ha dicho que las llevaron al pueblo, para que reposaran en el cementerio junto a los restos de su difunto marido.
¡Ay si alguno de ellos levantara la cabeza!. Bueno en primer lugar nos daría un susto de muerte, claro. Pero además se quedarían asombradísimos de lo que ha cambiado el pueblo. Ni sombra de lo que era, qué lástima.
Pero eso es otra historia que contaré en otra ocasión, que esta ya se está alargando mucho...
Me estoy pillando un trancazo que pa qué.
Mariajo, amor de mis amores, ya sabes tú q yo soy así de clara: estás como una puta cabra!!! jajjajja, ayyyyy lo q me he podido reír!; lo siento mucho por tu tía abuela y su aplastamiento, pero yo todavía me estoy partiendo de la risa con el dichoso relato! ;)
ResponderEliminarQué tremenda eres, jodía!
Un besazo, pero sin maldición!
Y digo yo q en q coño estaría pensando el de la apisonadora!, q de dudas me surjen de repente!.
ResponderEliminarQué bueno el post, q tremendo! ;))
Jajajaja, lo siento...por tu tía, pero es que lo cuentas de unas maneras!!!
ResponderEliminarEs curioso que últimamente he escuchado varias historias de muertos que dan risa, por como las cuentan, claro.
Pues me trajeron de Egipto un escarabajo verde ayyy.
jajajajajajajaja jajajajaja ¡genial!
ResponderEliminarCuando volví de Egipto traje un montón de esos escarabajos (creo que estos eran azules), que les daban suerte a todo el mundo menos a mi :)
¡Que no decaiga ese humor!
¡Besos!
Ay Mariajodemialma!
ResponderEliminarY Almodóvar se conformó tan sólo con alquilarte un sofá para el atrezzo de su película?-
Si conociera tus historias, te compraría los derechos!!!!!
MUAK MUAK MUAK!
En mi humilde opinión:
ResponderEliminar¡extraordinario relato!
Menejas muy bien este registro y - con humor e ironía - se pueden contar cosas tan sensibles y atroces que con un estilo más (teoricamente)solemne y poético.
Sigue así please
Muy buen post, ya lo creo. Pobre tia abuela, parece mentira que una cosa así pueda suceder, la verdad. Jajajaja. Que no me rio de que muriera sino de como lo cuentas, eh?
ResponderEliminarMuchos besos y cuidate ese trancazo.
Pues qué bien le sienta el trancazo, señorita... ;)
ResponderEliminarGracias a todos, espero que nadie haya pensado que me burlaba de mi tía abuela, nada más lejos de mi intención, por dios, es sólo una historia...
ResponderEliminarPero no hace falta esta aclaración, veo que lo habéis entendido perfectamente.
Luis de Luis, cuánto tiempo, es un gusto recibirle por aquí...
Lo mismo que a los demás, por supuesto.
:))
Oye: ¿tu tía abuela murió en Madrid?. Porque aquí en esta ciudad no hay apisonadoras ni obras y está todo tranquilo y terminado... ¡Mira que incinerar a la pobre como si fuese un sello de Franco!. Bonita historia. Seguro que se estará riendo en el cielo plano de las cabezas planas.
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