18 julio 2007

Viento


La última noche las gatas durmieron sobre mi pelo. Una de ellas me lamía un ojo, por alguna extraña razón. Yo no podía dormir, ellas ronroneaban cerca de mi oído, pero las miraba y me daba pena apartarlas, estaban tan monas! El pirata no estaba porque tenía guardia, y su novia, Icey, dormía en la cama conmigo. La noche pasaba lentamente y yo dormitaba a ratos, pero sólo a ratos...
En cierto momento, una brisa fresca empezó a hacer bailar las cortinas, y se colaba el olor del mar por la puerta de la terraza. Se coló también una nube blanca que fue a posarse a nuestros pies, haciendo que las gatas ronronearan con más placer aún, si cabe. Y entonces la brisa se convirtió en viento, y un ruido extraño llegaba cada vez más nítido desde la terraza a la habitación, un ruido que me hizo levantar de la cama, despacio, para no despertar a Mini, ni a Pisku, ni a Icey. De suerte que todo quedó igual en la cama compartida, y apenas se notó mi ausencia. Y salí con el tiempo justo de ver cómo la tienda de campaña se levantaba del suelo arrastrada por el viento, y salía volando con el colchón dentro, y rebasaba la valla de la terraza, y se alejaba. Y llegaba hasta la playa y a su paso las gaviotas la iban siguiendo. Las gaviotas y una ola que se escapó hacia arriba, atraída por el círculo azul de tela volandera. La ola pensó, seguramente, que se trataba de la luna.
Al día siguiente me desperté del todo, aún con Pisku, la más traviesa, atravesada en la almohada mirando mi ojo derecho con mucha atención, como viendo algún mundo extraño en él... el azul del mar reflejado, la nube blanca dormida, el recuerdo del pirata besando a su novia.
Tenía que irme. Y me iría en un avión, siguiendo la estela de la tienda de campaña, que ya en aquellos momentos alcanzaba la isla de Mallorca camino de la península, con su acompañamiento de gaviotas y de gotas de agua espumosa.
En el aeropuerto, hice las últimas fotos. Icey y el pirata besándose, la luz del mediodía llenando la sala de facturación, la espera, las maletas paseando por la cinta de embarque. Me despedí de ellos, con un abrazo fuerte, y partí deseando quedarme. El avión salió con una hora de retraso. En Menorca, la sala de espera para embarcar es pequeña y la gente se amontonaba de cualquier manera en ella, disputándose las sillas. Yo cacé una al vuelo, porque no estaba yo para esperar de pie después de una noche tan emocionante. Había una mujer embarazada que se acariciaba la tripa, despacito, con cariño...
Una niña se sentó a mi lado en el avión, y yo le ofrecí mi asiento junto a la ventanilla, por si quería ver el cielo y las islas a lo lejos. Pero ella me dijo: yo no me muevo de aquí! Me mareo... Y después cerré los ojos, un rato. Y cuando los abrí la isla ya estaba lejos, y la tienda de campaña se empezó a divisar en el horizonte, prosiguiendo el viaje.
Porque me he traído la tienda, y las gaviotas, y el pedacito de mar en forma de ola volandera.
En el metro, ya en Madrid, unas niñas viajaban con un hombre.
- Y tú, dónde vives?- le preguntaba la más pequeña- Vives en Canarias, verdad? Me han contado que te llamas Alejandro Buendía, y que vives en Canarias, pero yo no sé si creerlo...
- Se llama Alfredo- decía la mayor...
Así siguieron un rato, y pasaban las estaciones, y la niña seguía preguntando a su acompañante. Y al final, justo antes de llegar a Pacífico, le dijo:
- Te he descubierto. No eres Alejandro, ni Alfredo. Eres mi padre!

Salí a la tarde calurosa de Madrid arrastrando mi maleta de vuelta. Y al llegar a casa no encontraba las llaves. Y no podía entrar. La tienda de campaña esperaba en el tejado, impaciente. Esperé. Hasta que descubrí las llaves en un bolsillo escondido, y descubrí también que seguramente antes no las vi porque en realidad, lo que yo quería era volver. Volver al mar. La mar. El mar.

Voy a abrir las cortinas, que entre el aire...


10 comentarios:

  1. La mar siempre nos llama. Seguro que pronto vuelves.

    Un besito, guapísima.

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  2. Anónimo6:46 p. m.

    Y vamos y venimos por los mares de la vida...

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  3. Qué bonito lo cuentas , mariajo...Y qué bonitas fotos!!!!
    Besos de bienvenida

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  4. ya volverás ya... la mar se quedó también un poco triste.
    Besoss

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  5. ¡Bienvenida MJ!. Lo bueno de volver es que fuiste y volverás a irte y volverás a volver y....

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  6. Vuelvo a decir que que envidia¡¡¡y que gatitas mas preciosas, me encantan...
    Seguro que volveras a esos lugares siempre se vuelve.
    Miaussss¡

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  7. No he podido dejar de leer las últimas entradas de este precioso, creativo y original Blog.

    Han sido unos dias bonitos, diferentes.siempre se agradece mas compañia en cualquier momento y en cualkier lugar, y mas si la invitada es la madre de tu amor, de mi pirata...

    Mariajo se te echa de menos.
    VUELVE PRONTO.
    Besitos y arañazos cariñosos de MINNNIE Y PISKU.

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  8. Volveré!
    Gracias y besos a todos!

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  9. Qué preciosidad de post!!!

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  10. Ah, gracias, Entrenómadas!

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