06 julio 2006

EL AÑO DE LOS GATOS

Yo era libre, más libre que ahora. Era un poco loca. Mis hijos eran pequeños y yo tenía que estar siempre pendiente de ellos. Y lo estaba. Pero a la vez tenía mil historias viviendo en mi cabeza poblada de pájaros voladores, que me hacían sentir el vértigo continuamente y estar alerta. A mil ojos y mil manos y mil miradas que me lanzaban a maravillosos precipicios en los que no me importaba lanzarme como una flecha.
Y el corral de mi casa estaba poblado de gatos. Eran gatos salvajes, que vivían de sobras y de ratoncitos camperos que no faltaban viviendo entre las ruinas. Aún por entonces quedaba alguna pared en pie en lo que fue un corral lleno de vida un tiempo, donde hubo incluso una carpintería durante muchos años, y dos o tres cuadras que antaño eran de caballería, como corresponde a un lugar manchego como ese.
En el año de los gatos la carpintería había desaparecido, y los edificios blancos del corral se caían a cachos y de vez en cuando se desparramaba una pared encima de la familia gatuna, que sufría desafortunadas bajas con frecuencia. Los gatos morían aplastados, pero de alguna forma su número no disminuía.
Los gatos a veces se colaban en nuestra casa por la puerta de servicio. Intentaban robar alguna que otra vianda que por despiste dejábamos por allí olvidada.
Y yo los miraba mientras soñaba con mi última aventura de verano, y me parecían cómplices, no sé muy bien por qué.
El día era para mis niños, y mis baños, y mi tarea de cocinera de familia numerosa. Pero las noches esperadas eran largas y mágicas. Aquél fue un verano que viví intensamente.
Creo que debía ser más o menos el año 1987...
Ya no hay gatos. Han desaparecido. Cayeron todos bajo los escombros. El corral es una ruina, ya no queda ni una pared en pie.
Mis niños son mayores y ya no me necesitan. Tengo todo el tiempo del mundo (cuando estoy de vacaciones), pero algo ha cambiado. También los pájaros parecen haber volado de mi cabeza. Y cada vez me apetece menos lanzarme a ningún precipicio, y cada vez me apetece más reposar tumbada en un sofá dormitando.
Es una pena.
Un día de estos me compraré un gato, o recogeré de la calle uno que parezca abandonado.
Un día de estos me tocará la lotería y podré arreglar el corral, y llenarlo otra vez de edificios encalados. Arreglaré los tejados de toda la casa. Y compraré muebles nuevos que parezcan viejos. Llenaré todos los jarrones con rosas y claveles y haré que suene una hermosa música en todas las estancias.
Haré un viaje a las islas griegas. Tal vez visite Estambul. Dicen que es una ciudad preciosa.
Volveré a enamorarme de las miradas cómplices.
Un día...










Me repito. Ya lo sé.

11 comentarios:

  1. Sí será algún día y me tendrás que invitar a ese lugar porque no sabes cómo me gusta jugar con los gatos.
    En la tetería habrá uno de esos orondos que se pasean entre tus piernas mientras cierran los ojos, todo mimosos.
    No se han ido los pájaros, mujer, es solo que a veces nos ponemos una cortina y no los vemos.
    Y no está mal echarse en el sofá a no pensar, a mi me gusta. Y tienes muchos sueños, así que no estás muerta. Lucha, corazón, por conseguirlos y de vez en cuando descansa en el sofá, no es malo...
    Muchos, muchos besos, precioso lo que has escrito

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  2. Gracias, Tha. El día empieza bien, tus palabras me recuerdan que aunque un poco aletargada, ahí sigo, la de siempre, y eso me anima un montón...Y ahora me voy a nadar. BESOS.

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  3. Gatos, sueño, un sofá...

    :)

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  4. Hazlo, mariajosé, hazlo!!!

    Un beso

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  5. Sí, fnaranjo, recordar es bonito de vez en cuando... verdad?

    Pilar: A dio pongo por testigo!
    Un beso.

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  6. Vamos mirando localitos chulos en madrid para la tetería Mariajo?, unos pufs, unas mesitas de madera talladita, ¡unas cachimbas!; yo hago los bollitos y si quieres té de ribera yo sé un sitio donde se coge uno muy rico.

    A Tha la contratamos como camarera, q no tiene precio!!.

    Un abrazo nena

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  7. Venga, Cu, que estaría eso muy bien! ¿sabes que yo una vez hice un curso de panadería y bollería?. Lo hicimos mi hijo y yo, y lo pasamos genial.
    Lo de las cachimbas va a quedar muy bien!
    Un besazo.

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  8. Mariajo, lo q nos hace falta a nosotras, pillarnos un fumadón!!! jajaja, si ya llevamos las drogas incorporadas!

    Aaaaaaayyyyyyyyyyy q por fín acabose la semana laboral!

    besos psicotrópicos, disfruta del finde todo y más!

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  9. Si un gato pisa tu casa se deshará la maraña de ovillos que cruzan tu pasillo.
    Si un gato renace de los escombros del corral viejo habrá que sentir vértigo. El pasado es un monstruo.
    Si un gato me quita mi sitio en tu patio lloraré mi desgracia.
    Pero si tus ojos me miran alegres e inventa tu mano nuevos caminos. Entonces no harán falta gatos. Sólo personas y olores y confesiones de amiga.
    Ya sabes que no me gustan los gatos pero tu si (en el sentido menos impudico, como sabes...)

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  10. Anónimo9:34 p. m.

    This is very interesting site...
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